Humo enredador
La prensa deportiva española en el ojo del huracán
Heráclito, filosofo griego, alegó: "Todo cambia, nada permanece". Una cita que con el paso del tiempo ha ido adquiriendo más veracidad. Y es que, la vida es en sí es un conjunto de transformaciones, fases en las que nada dura para siempre, de la misma manera que llegan los momentos malos, estos se esfuman cuando parece que todo ha acabado. Una mañana oscura puede derivar en una tarde llena de luz y alegría.
No pretendo hacer un tratado de filosofía, ya que esta asignatura no era mi fuerte en la escuela. Tampoco estoy en estado de embriaguez y escribo lo primero que se me pasa por la cabeza. Quiero utilizar este planteamiento que parece sacado de un libro de autoayuda para reflejar la situación de el periodismo deportivo español. El cual, cambia de opinión como si de una veleta se tratará, del mismo modo que te ensalzan, los medios son capaces de hundirte en la miseria, cambiando su visión de forma radical de un día para otro. La prensa se mueve al sol que más calienta, si se llevan las crisis, estos se inventarán depresiones por doquier. Todo sea por vender periódicos y dar falsas exclusivas.
Seguramente, al leer esto, muchos periodistas se indignarán, contactarán conmigo por alguna red social y me reprenderán como si fuera su enemigo. Algo que no soy, solo me centro en los hechos, en los acontecimientos que recogen día a día nuestros periódicos. Los cuales, hace poco daban por muerto al Barcelona y a algunos de sus jugadores como consecuencia de la mala racha que vivía el combinado blaugrana, pero tras la victoria en Champions ante el Monchengladbach, este equipo que parecía muerto, ha resucitado de entre los muertos. Los jugadores que eran tildados de tuercebotas como Arda Turan o Aleix Vidal, son ahora recambios de lujo para Luis Enrique. Una hipocresía que me produce un caos de sensaciones, como decía Kant, otro filosofo, una risa y tristeza se mezclan dentro de mi ser, carcajada por lo veleta que demuestra ser la prensa deportiva española, y desconsuelo porque nuestro periodismo aspira a mucho más que a vender humo.
Un humo que enturbia esta profesión, la que antes tenia tanto prestigio en nuestra sociedad. Un trabajo que servia a la verdad, no a la mentira como ocurre ahora en muchos casos. No soy el único que tiene esta perspectiva, muchos ciudadanos consideran a los periodistas buitres oportunistas que aprovechan cualquier ocasión para vender la moto. Ya sea uno entrenador, Presidente de un club o recogepelotas, todo el mundo del fútbol critica a la prensa, algo que no es casualidad o una mano negra, es una consecuencia de lo sembrado, si cultivas mentiras, recogerás desprecio y deshonra.
Cambiemos la imagen de este trabajo, sirvamos a la verdad, convirtamos el humo de la mentira en la luz de la veracidad.