Realidad e incredulidad

¿Remontará el FC Barcelona contra el PSG?

Tras el partido del pasado sábado en el que el FC Barcelona goleó de forma contundente al Celta de Vigo por 5-0 la prensa española, por unanimidad, ha encontrado en este resultado una razón para soñar, un motivo por el que tener esperanzas de cara al partido contra el PSG, en el que el combinado blaugrana tiene que remontar un 4-0.  

Personalmente, todas estas comparaciones, como la de tildar la goleada al conjunto gallego como "el ensayo de la remontada", me parecen ilusas. No porque sea negativo, todo el que me conoce sabe que de eso tengo poco, incluso me achacan que soy extremadamente positivo. Pero considero, que equiparar ese partido con el que se disputara el miércoles es un error. Hay muchas condiciones que hacen carecer de  sentido a esa comparación, tanto a nivel deportivo como psicológico.  No es lo mismo jugar contra el mejor equipo de Francia, plagado de estrellas, que contra un combinado, sin despreciar al Celta, de clase media de nuestra Liga. Por otro lado, tampoco es igual disputar un encuentro de la competición domestica, con uno de Champions, más cuando vas por detrás en la eliminatoria. La sangre hierve, el pulso sube y los deciverios del estadio bajan como señal de posible duelo.   

Quizá, la prensa española no solo peca de ilusa, sino también de prepotente, ensalza tanto a nuestros equipos que menosprecia a los combinados extranjeros como si fuéramos el ombligo del mundo. Algo perjudicial no solo para los propios clubes españoles, que corren el peligro de creerse mejores. Sino también para la imagen de nuestros medios de comunicación, cayendo en la parcialidad, demuestran tener poca objetividad y veracidad.   

No lo digo yo, lo destacan lectores de diferentes rincones del mundo, que en ocasiones comentan en los foros de los periódicos digitales protestando contra lo que estoy matizando en estas lineas, la falta de imparcialidad de nuestros medios. Esta forma de informar enturbia nuestro periodismo cayendo en el fanatismo. Un elemento que ocasiona que muchos periodistas, al escribir sus artículos o hablar en televisión, parezcan forofos de un escudo determinado; se les nubla el juicio y se lo toman como algo personal, como si el equipo sobre el que escriben les diera de comer. 

Cambiemos la forma de informar, no utilicemos el poder que tenemos para animar a nuestros equipos y menospreciar a los rivales, debemos elegir entre ser aficionados, que luchen por su camiseta o periodistas, que perseveren por la verdad.  

@JBrugos8