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La gran incoherencia

Gerard PiquĆ© apoya pĆŗblicamente el referĆ©ndum catalĆ”n  

Marca
Odio las incoherencias, no me gusta la gente que obra en discordancia con lo que dice y lo que piensa. No me gusta Gerard PiquĆ©. El central del FC Barcelona ha caĆ­do de nuevo en una incongruencia al atacar al Estado espaƱol y apoyar la soberanĆ­a de CataluƱa. Juega en la selecciĆ³n espaƱola pero no tiene reparos en criticar al paĆ­s que representa cuando se enfunda La Roja.  

Una elĆ”stica, que aunque le pese, defiende los mismos valores que el Estado que Ć©l critica. La democracia, el patriotismo, la ConstituciĆ³n... En definitiva, EspaƱa. A PiquĆ© no le gusta EspaƱa pero bien que juega con el escudo de nuestra naciĆ³n cuando el seleccionador de turno le recluta. Convocado con la selecciĆ³n espaƱola, con el equipo del paĆ­s del que Ć©l mismo reniega y condena. Duerme tranquilo cada noche pese a su gran incoherencia... 

ContradicciĆ³n, que pese a ella, el central catalĆ”n sigue contando con el respaldo del combinado nacional. Cuando la aficiĆ³n le pita, todos sus compaƱeros le defienden, se apiadan de Ć©l y piden que le dejen de pitar. CompaƱerismo, que bonito vocablo. Una fraternidad que deberĆ­an de utilizar para abrirle los ojos, no solo para defenderle. Le deben mostrar y enseƱar el gran despropĆ³sito que este comete al criticar a un paĆ­s y al mismo tiempo ataviarse con sus colores. PiquĆ© coge la bandera espaƱola no para ondearla, sino para ensuciarla. Unas manchas que surgen cada vez que el futbolista culĆ© se viste con los colores nacionales. Su incoherencia es mĆ”s daƱina que el barro de un patatal. Las manchas ocasionadas por este se eliminan. En cambio, las causadas por su sinsentido perduran en el tiempo, hacen historia, prevalecen hasta que las arenas de la existencia lo entierran.  

Me parece muy bien que PiquĆ© se interese por la polĆ­tica, es mĆ”s, creo que todo buen ciudadano debe tener al menos alguna nociĆ³n sobre ella. Pero creo que al hablar, lo Ćŗnico que hace es meter la pata. Habla de derechos pero se olvida de las leyes,unas normas que estĆ”n para algo, no son baladĆ­. Reglas que impiden, por mucho que Ć©l quiera, la celebraciĆ³n de la votaciĆ³n. Unas leyes, que dejan escrito algo evidente, CataluƱa se queda. Lo siento Gerardo.     

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