Sevilla FC 2-0 Málaga CF: Málaga vuelve a vivir una pesadilla
Los goles de Banega de penalti y Muriel dejan muy tocado al equipo de Míchel
La plantilla del Málaga no consigue encontrar un camino de paz y tranquilidad desde que terminó la pasada temporada, allá por el mes de mayo, pues las malas sensaciones y los resultados adversos se repiten cada fin de semana, sea cual sea el rival que haya delante. En esta ocasión fue el Sevilla el que aprovechó la inercia negativa del equipo blanquiazul. Y es que cuando se entra en el lado oscuro es muy difícil salir. Que se lo pregunten a George Lucas.
Desde el primer minuto de encuentro se vio la razón por la que había una diferencia 12 puntos en la clasificación entre los dos equipos. Los de Berizzo salieron a morder y a intentar atravesar la muralla de cinco defensas alineada por Míchel una vez más. Jesús Navas avisó a los sesenta segundos de juego y a partir de ahí se empezaron a suceder los fueras de juego por parte de los delanteros del Sevilla en general y por Muriel y Vázquez en particular. Los primeros diez minutos fueron, por tanto, de dominio claro del equipo de Berizzo. Solamente un disparo de Rolan inquietó a un David Soria que bien podría haberse subido a la grada para disfrutar del sol radiante que hacía en la ciudad hispalense.
Por si fuera poco, Ricca tuvo que ser sustituido pasados los veinte minutos de encuentro por una lesión en los isquiotibales. Míchel no sabía dónde mirar, pensando en que quizás no es el momento para comprar un cupón, dada la mala suerte que le viene persiguiendo a él y a sus jugadores durante estos meses. Eso sí, la entrada de Juanpi provocó que el Málaga despertara ligeramente, gracias sobre todo a las ganas y a la electricidad del jugador venezolano.
Las ocasiones se sucedían para el Sevilla: Vázquez, Muriel, Mercado... Sin embargo, el último disparo del primer tiempo se lo agenció Mula con un tiro desde lejos que atajó Soria en dos tiempos.
Tras el descanso, el Málaga salió más adelantado, en parte por la variación técnica obligada por la lesión de Ricca, pasando así a un 4-5-1 claro. Entre llegadas y fueras de juego del Sevilla, Recio condujo el balón desde tres cuartos de campo y soltó un latigazo al lateral de la red. El Málaga se estaba soltando pero el fútbol es caprichoso, tal y como reza uno de los múltiples eslóganes de este deporte, pues en el minuto 67, Rosales cometió un ingenuo y claro penalti sobre Correa que Banega se encargó de lanzarlo. 1-0 y terreno cuesta arriba para el Málaga. Como cada siete días. No hubo tiempo siquiera para una posible reacción por parte del equipo blanquiazul, ya que tan sólo tres minutos más tarde llegó el tanto de Muriel que finiquitaba el encuentro. Restaba media hora de partido, pero lo cierto es que el Sevilla nunca vio peligrar una nueva victoria que le sitúa segundo en la clasificación. Así pues, Trujillo Suárez pitó el final y el respetable salió del estadio más contento que unas castañuelas, deseando cobijarse en la sombra con una botella de agua en la mano. No ocurre lo mismo con el club de Martiricos, que debe saber cuál va a ser el camino que debe tomar a partir de ahora. Ya se sabe que el que conduce al lado oscuro está prohibido.
Seguir a @marioodjm
 |
| Fuente: @SevillaFC |
LaLiga-Jornada 7
| Sevilla FC | 2 |
|---|---|
| Málaga CF | 0 |
Ficha técnica
|
|---|
Sevilla FC: D. Soria; Mercado, Kjaer, Lenglet, Escudero; Krohn Dehli (N'Zonzi, min. 84), Pizarro, Jesús Navas, Franco Vázquez (Banega, min. 58), Correa (Nolito, min. 66) y Muriel.
Málaga CF: Roberto; Rosales, M. Torres, Baysse, Ricca (Juanpi, min. 25), Rolón (Peñaranda, min. 74), Recio, Mula (Keko, min. 76), Juankar, Adrián; y D. Rolan.
Goles: 1-0: Banega, min. 68. 2-0: Muriel, min. 70.
Árbitro: Trujillo Suárez. Amonestó con tarjeta amarilla a Rolón en el Málaga y a Mercado en el Sevilla
Incidencias: Estadio Ramón Sánchez Pizjuán. 34.230 espectadores. Partido correspondiente a la 7ª jornada de liga.
|
Desde el primer minuto de encuentro se vio la razón por la que había una diferencia 12 puntos en la clasificación entre los dos equipos. Los de Berizzo salieron a morder y a intentar atravesar la muralla de cinco defensas alineada por Míchel una vez más. Jesús Navas avisó a los sesenta segundos de juego y a partir de ahí se empezaron a suceder los fueras de juego por parte de los delanteros del Sevilla en general y por Muriel y Vázquez en particular. Los primeros diez minutos fueron, por tanto, de dominio claro del equipo de Berizzo. Solamente un disparo de Rolan inquietó a un David Soria que bien podría haberse subido a la grada para disfrutar del sol radiante que hacía en la ciudad hispalense.
Por si fuera poco, Ricca tuvo que ser sustituido pasados los veinte minutos de encuentro por una lesión en los isquiotibales. Míchel no sabía dónde mirar, pensando en que quizás no es el momento para comprar un cupón, dada la mala suerte que le viene persiguiendo a él y a sus jugadores durante estos meses. Eso sí, la entrada de Juanpi provocó que el Málaga despertara ligeramente, gracias sobre todo a las ganas y a la electricidad del jugador venezolano.
Las ocasiones se sucedían para el Sevilla: Vázquez, Muriel, Mercado... Sin embargo, el último disparo del primer tiempo se lo agenció Mula con un tiro desde lejos que atajó Soria en dos tiempos.
Tras el descanso, el Málaga salió más adelantado, en parte por la variación técnica obligada por la lesión de Ricca, pasando así a un 4-5-1 claro. Entre llegadas y fueras de juego del Sevilla, Recio condujo el balón desde tres cuartos de campo y soltó un latigazo al lateral de la red. El Málaga se estaba soltando pero el fútbol es caprichoso, tal y como reza uno de los múltiples eslóganes de este deporte, pues en el minuto 67, Rosales cometió un ingenuo y claro penalti sobre Correa que Banega se encargó de lanzarlo. 1-0 y terreno cuesta arriba para el Málaga. Como cada siete días. No hubo tiempo siquiera para una posible reacción por parte del equipo blanquiazul, ya que tan sólo tres minutos más tarde llegó el tanto de Muriel que finiquitaba el encuentro. Restaba media hora de partido, pero lo cierto es que el Sevilla nunca vio peligrar una nueva victoria que le sitúa segundo en la clasificación. Así pues, Trujillo Suárez pitó el final y el respetable salió del estadio más contento que unas castañuelas, deseando cobijarse en la sombra con una botella de agua en la mano. No ocurre lo mismo con el club de Martiricos, que debe saber cuál va a ser el camino que debe tomar a partir de ahora. Ya se sabe que el que conduce al lado oscuro está prohibido.
Seguir a @marioodjm