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Nástic Tarragona 0-2 Real Zaragoza: El Real Zaragoza quiere creer

Victoria del Real Zaragoza en el Nou Estadi que le sirve para alejarse aun más del descenso. Los de Natxo González suman 13 de 18 puntos en la segunda vuelta y quieren hacer creer a su afición en algo más que la permanencia.

Es la primera victoria liguera del Real Zaragoza en Tarragona. Foto: @NASTICTARRAGONA

LaLiga 1|2|3 - Jornada 27

Nástic0
Real Zaragoza2
Ficha técnica
Nástic Tarragona: Dimitrievski; Kakabadze, Molina, Pleguezuelo, Javi Jiménez; Javi Márquez, Fali (Tejera, min. 67), Muñiz (Perdomo, min. 63); Álvaro Vázquez (Uche, min. 23), Morente y Manu Barreiro

Real Zaragoza: C. Álvarez; Benito, Grippo, Perone, Lasure; Eguaras (Mikel González, min. 82), Zapater, Raúl Guti (Buff, min. 67), Febas; Pombo (Vinicius, min. 77) y Borja Iglesias

Goles: 0-1; Grippo (min. 40), 0-2; Borja Iglesias (min. 59). 

Árbitro: David Pérez Pallás (comité gallego). Amonestó a por Márquez (min. 64) por parte del Nástic y a Zapater (min. 32), a Cristian (min. 47), a Pombo (min. 50), a Vinicius (min. 85) y a Benito (min. 89) por parte del Real Zaragoza. 

Incidencias: Partido correspondiente a la 27ª jornada de LaLiga 1|2|3 disputado en el Nou Estadi de Tarragona ante unos 6.000 espectadores
Poca gente se hubiera imaginado tras comerse las uvas que el Zaragoza de Natxo González iba a resurgir de sus cenizas. Posiblemente, ni siquiera hace dos semanas cuando, tras un mal partido en Alcorcón, se oyó el “Natxo vete ya”. Pero este equipo se ha empeñado en hacer creer a su afición a base de fútbol y de recuperar el alma competitiva que había perdido en algún punto de la A-23 entre Zaragoza y Huesca, allá por el mes de noviembre. Esa raza ha vuelto al escudo del león durante el mes de enero y los blanquillos no quieren soltarla. 

Con esa raza, un portero que va camino de convertirse en santo, un centro del campo todoterreno y un killer en el área contraria, el Real Zaragoza suma ya 13 de 18 puntos en la segunda vuelta, con solo tres goles encajados en seis partidos. Los blanquillos han acumulado su segunda victoria consecutiva tras imponerse en el Nou Estadi por un contundente 0-2. Un triunfo cimentado en un portero prodigioso, en el dominio del balón y en asestar los golpes en los momentos clave. Al borde del descanso, Grippo enviaba el balón a la red y, cerca del ecuador de la segunda mitad, Borja Iglesias asestaba el hachazo definitivo cuando mejor estaban los aragoneses. 

Y eso que el partido arrancaba con la mejor ocasión que el Nástic ha tenido en todo el partido. En el primer minuto, Álvaro Vázquez le ganaba la espalda a Perone y se quedaba solo ante Cristian Álvarez, pero el delantero no vio portería. El Zaragoza respondía con un remate de Borja desde área pequeña que se marchaba alto y un disparo de Zapater dentro del área que golpeaba en el lateral de la red. Al cuarto de hora comenzaba el show de Cristian. El arquero desvió casi con el pecho un remate a bocajarro de Fali, quien ya cantaba el 1-0. 

En el minuto 18 llegó un momento clave del partido. En una contra, Álvaro Vázquez conecta un fuerte disparo que desvía con los puños Cristian. Pero en el intento de taponar el golpeo, Grippo arrolla al delantero, que se tiene que retirar con muchas molestias en el tobillo. Fue aquí cuando el Zaragoza se hizo dueño y señor del partido. Sin tanto peligro rival, el centro del campo comenzó a hacerse grande, fundamentado en un imperial Íñigo Eguaras. El “16” fue el faro que guiaba todos los ataques blanquillos. Lo intentaron primero Febas y después Pombo, pero ninguno acertó ante Dimitrievski. Pero el arquero no podría hacer nada para detener la tercera ofensiva. Grippo hace gala de su gran potencia en el salto y en el remate para enviar al fondo de la red un magnífico servicio desde la esquina de Eguaras y poner por delante al Zaragoza. 

El tanto había noqueado al Nástic, que pudo irse con una derrota más abultada al descanso si Dimitrievski no hubiera desviado con la cadera un disparo de Borja desde dentro del área. Aun hubo tiempo en la primera mitad para la tragicomedia. El colegiado Pérez Pallás señaló manos de Cristian Álvarez, el portero del Zaragoza, cuando intentó evitar un córner dentro del área. Sí, pitó manos del portero dentro del área. Juan Muñiz trató de marcar en lo que hubiera sido casi un gol olímpico, pero se marchó alejada del palo. 

Tras el paso por vestuarios, los locales no se recuperaron del mazazo y el Zaragoza continuó como dueño y señor del partido. El primer intento de aumentar el marcador llegó con un error de Dimitrievski que Borja le sirve a Pombo, pero el canterano no encontró puerta desde la frontal. Después llegó Febas, pero al ilerdense se le hizo de noche dentro del área y no consiguió definir bien su disparo. 

Era el momento de que el Zaragoza fuera a buscar el segundo porque lo iba a encontrar. Cristian Álvarez continuaba con su gran actuación al despejar de puños un lanzamiento de falta de Muñiz. El rechace le cae a Febas, quien recorre 50 metros en una contra de libro sin que nadie pueda frenarle. El mediapunta buscó el pase en profundidad a Borja, pero fue Xavi Molina quien al intentar cortarlo, le sirvió en bandeja el mano a mano ante Dimitriesvski, a quien batió de una suave vaselina. El gallego mandaba callar a la grada y se vengaba así del portero macedonio, quien en el partido de ida forzó la expulsión del “9” con un ridículo teatro. 

Natxo González intentaba refrescar el centro del campo al sustituir a un Guti que había llegado muy justo al partido. Borja Iglesias tuvo el tercero, pero se le quedó el balón atrás cuando intentó controlar en área pequeña. Fue entonces, pasado ya el minuto 70, cuando el Nástic se lanzó a por la portería contraria y comenzó a colgar balones al área zaragocistas. Uche, Omar Perdomo y Tejera, los tres cambios de Nano, buscaron portería sin fortuna. Cuando ya se llegaba al 90, Cristian Álvarez volvió a sacar sus alas para sacar una mano prodigiosa a un remate de Manu Barreiro que se colaba en la meta blanquilla. 

Pero el Zaragoza logró dejar su puerta a cero y llevarse en el autobús tres puntos más de Tarragona, un campo del que nunca se había conseguido llevar una victoria liguera. Los 300 aficionados blanquillos desplazados comenzaron a cantar el “Sí, se puede” frente a otra afición, la del Nástic, que tendrá que continuar remando para lograr la permanencia.




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