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Borussia Monchengladbach 1-3 Bayer Leverkusen: Masterclass táctica de Peter Bosz para superar al Mönchengladbach

El entrenador holandés demostró una enorme variedad de registros en el juego y el Leverkusen venció con claridad a uno de sus rivales directos

Foto: Bayer Leverkusen

Bundesliga-Jornada 27

B. M'Gladbach1
B. Leverkusen3
Ficha técnica
Borussia Monchengladbach: Sommer; Lainer, Ginter, Elvedi, Bensebaini; Neuhaus, Strobl (Benes, 76'), Hofmann; Pléa, Embolo (Stindl, 12'), Thuram (Wendt, 78')

Bayer Leverkusen: Hradecky; Weiser, Tapsoba, Bender, Dragovic (Baumgartlinger, 80'), Sinkgraven; Aránguiz, Demirbay; Bellarabi (Bailey, 66'), Havetz, Diaby.

Goles: 0-1 Havertz (7'), 1-1 Thuram (52'), 1-2 Havertz (p) (58'), 1-3 Bender (81').

Árbitro: Sören Storks. Amonestó a Diaby (62'), Bensebaini (71').

Incidencias: Borussia-Park.
Dos de los equipos más grandes de la Bundesliga se enfrentaron en el Borussia-Park con sus ambiciosas aspiraciones de por medio. El Borussia Mönchengladbach, tercero en la clasificación antes del partido, buscaba seguir en la carrera por el título, con la posibilidad de situarse a solo tres puntos del Bayern de Múnich ―al menos hasta el choque de los bávaros contra el Eintracht de Frankfurt―. Por su parte, el Bayer Leverkusen llegaba al encuentro con opciones de asaltar ese tercer puesto, en caso de ganar y que el Leipzig vuelva a dejarse puntos en su salida de mañana a Maguncia. Tanto “Die Fohlen” como “Die Werkself” ganaron la pasada jornada, aunque los visitantes venían de seis partidos consecutivos sin conocer la derrota, mientras que la trayectoria de los locales era más irregular.

Marco Rose planteó un 4-2-3-1, aunque, como siempre, el esquema es muy variable en un equipo tan móvil como el Gladbach. Denis Zakaria, hombre importantísimo en el centro del campo, sigue de baja por lesión y “los potros” lo notaron. Peter Bosz dispuso sobre el campo una alineación bastante particular. Sven Bender, partiendo desde el centro del campo, se incrustó entre los centrales, Edmond Tapsoba y Aleksandar Dragović. Para equilibrar y ayudar en el centro del campo, Kerem Demirbay se posicionó a la altura de Charles Aránguiz, mientras los dos laterales tenían vía libre para subir y los dos extremos para romper al espacio creado por la movilidad de Kai Havertz desde la posición de falso 9.

El partido empezó con una presión altísima de ambos equipos, sobre todo del Leverkusen. Las tres balas que tiene arriba el conjunto de “las aspirinas” saltaban a morder a Matthias Ginter y Nico Elvedi, mientras que Mitchell Weiser y Daley Sinkgraven llegaban incluso a la altura de los laterales rivales. Esto obligó continuamente a Yann Sommer, el único hombre libre de la zaga del Gladbach, a buscar en largo a Marcus Thuram y Alassane Pléa. Entonces es cuando el plan maestro elaborado por Peter Bosz cobra sentido. La superioridad creada con Bender permitió que Dragović y Tapsoba pudiesen estar muy cerca siempre de los dos delanteros ―Breel Embolo tuvo que ser sustituido a los once minutos por lesión―. El central africano estuvo imperial y secó totalmente a Thuram, uno de los motivos por los que, tras el descanso, Rose lo movería a una posición más centrada.

La presión, unida a la fluida salida de balón del Leverkusen ―facilitada por la amplitud de los laterales y la creación de superioridades en todas las zonas―, llevó al primer gol del encuentro. Pérdida en el centro del campo del Gladbach, apertura de Demirbay a Karim Bellarabi, balón al espacio para Havertz y definición con la derecha para poner el 0-1. Era muy pronto para echarse atrás, así que el Bayer siguió apretando con la misma intensidad y el equipo local no fue capaz de romper con claridad esa barrera, en parte porque Tobias Strobl no tiene gran soltura con el balón y porque Florian Neuhaus no es un centrocampista de base de jugada, sino que tiende a pisar el área rival.

La movilidad de Havertz con total libertad por toda la zona central y las rupturas endiabladas de Moussa Diaby y Bellarabi al espacio libre creado por el falso 9 fueron una de las principales fuentes de peligro a favor del Leverkusen. El único problema es que no existía una referencia para finalizar las salidas rápidas de presión ―muy habituales durante la primera mitad―, aunque los visitantes supieron frenar los ataques y construirlos más lentamente, girando siempre alrededor de Demirbay y Aránguiz. El Gladbach, por su parte, estuvo roto en el centro del campo, ya que Strobl se encontraba muy solo una vez Tapsoba, Bender o Dragović filtraban pases para los mediocentros. Esto provocó enormes huecos en la defensa de “los potros”. La primera parte acabó con un susto: Havertz remató al larguero y el rechace lo sacó la defensa local bajo palos.

Marco Rose dio órdenes a los suyos en el descanso para subir todavía más la presión e igualar el sistema del rival, incrustando a Strobl en la defensa y haciendo bajar a Jonas Hofmann al falso doble pivote con Neuhaus. No obstante, el movimiento clave fue el cambio de Thuram a la zona central del ataque, con Pléa a su izquierda y Lars Stindl a su derecha. De esta forma, el italo-francés, hijo del mítico Lilian Thuram, pudo escapar de la sombra de Tapsoba y hacer alarde de su potencia física ante jugadores menos explosivos como Bender y Dragović. Así llegaron las mejores ocasiones del Gladbach en toda la segunda parte, sobre todo al principio.

Precisamente, el gol del empate llegó en el minuto 51 tras un balón largo de Sommer para Thuram, una dejada de cara hacia Pléa y una devolución al espacio para un remate perfecto de primeras. Sencillo, explosivo y efectivo. Sin tiempo para celebrar, en el 54, Bellarabi realizó un desmarque magnífico, se internó en el área y provocó un penalti que el VAR ratificó. Havertz volvió a poner a los suyos por delante, logrando así su segundo doblete consecutivo. El Gladbach empezó a elaborar un poco más su juego, gracias a la velocidad y el intercambio de posiciones de Pléa y Thuram y a la agresividad y el esfuerzo de Stefan Lainer y Rami Bensebaini por banda. No obstante, nunca tuvieron el partido totalmente dominado y, aunque crearon alguna ocasión más en balones directos al espacio hacia Plea, acabaron concediendo el tercero a balón parado. Demirbay pusó un centro perfecto desde la derecha y Bender lo remató casi con el hombro para sentenciar.

Peter Bosz impartió una “masterclass” táctica en el Borussia-Park para el deleite de los aficionados ―ficticios, solo eran fotos de abonados al club local que ellos mismos pagaron― que llenaron las gradas del estadio. El entrenador holandés de 56 años creó superioridades en todas las zonas del campo, aumentando así la efectividad de la presión, la fluidez de la salida de balón y los espacios a la espalda de la defensa rival. Demostró que este Bayer Leverkusen domina múltiples registros: posesión, presión alta, juego directo, llegadas por banda, balón parado… Mientras tanto, el Gladbach sigue siendo un conjunto irregular, afectado sobre todo por la baja de Zakaria en el centro del campo, ya que se trata de una pieza fundamental en la conexión y el equilibrio entre la defensa y el ataque de “los potros”.

Tras este 1-3 y con algunos partidos de rivales directos ya terminados ―el Dortmund cumplió, ganando por 0-2 al Wolfsburgo―, el Bayer Leverkusen pasa a ocupar la tercera plaza que estaba en propiedad de sus rivales de hoy, mientras que el Borussia Mönchengladbach ve peligrar su puesto en Champions. Si el Leipzig gana mañana al Mainz 05, lo superaría. 

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