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Las W-Series, ¿un paso atrás o un paso hacia la igualdad?

La creación de un campeonato femenino enfrenta a quienes ven en ello un camino para llegar a la élite y quienes consideran que es contrario a la igualdad

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La idea de un campeonato exclusivo para las mujeres viene de lejos, se ha hablado siempre de maneras de fomentar de algún modo la participación de más mujeres en competiciones automovilísticas y su visibilización pero, ¿es la creación de un mundial exclusivamente femenino una buena opción para ello? Si en otros deportes como es el tenis, el baloncesto, el fútbol, el waterpolo...,  etc hay una división existente en competiciones entre hombres y mujeres, ¿por qué no así en el mundo del motor?

Históricamente, en la Fórmula 1 tan solo ha conseguido puntuar una mujer de cinco en total que han competido, la italiana Lella Lombardi en el Gran Premio de España de 1975, finalizando sexta. Actualmente, la piloto que más presente está en este campeonato es la colombiana Tatiana Calderón, actual piloto de pruebas de la escudería Sauber y que compite en la GP3 series, una de las categorías inferiores de la Fórmula 1. La española Carmen Jordá también participó en este campeonato en 2012,2013 y 2014, aunque sin conseguir ningún punto, y fue piloto de desarrollo de la escudería Lotus en 2015.

El promotor las W-Series, respaldado por David Coulthard–ex piloto de F1– y por Adrian Newey–director técnico de Red Bull y uno de los ingenieros más influyentes del certamen–, repartirá 1,3 millones de euros en premios, de los que más de 400.000 irán a parar a la ganadora. Esta competición femenina, que sería comparable teóricamente a la Fórmula 1, no contaría con monoplazas de las mismas características que un Fórmula 1, sino que serían coches de Fórmula 3. Hace un par de años, el ya ex mandatario de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone declaraba lo siguiente: “No creo que una mujer tenga las capacidades físicas para conducir a toda velocidad un F-1 y por eso no deberían ser tomadas en serio”.

Si ponemos la vista en otros deportes de motor, cabe destacar el caso reciente de Ana Carrasco, la campeona del mundial Supersport 300, un campeonato mayormente masculino, pero en el que también se encontraba otra española, María Herrera. Por tanto, cabe hacerse la siguiente reflexión: ¿Si una mujer ha conseguido ganar en igualdad de condiciones a 36 pilotos, entonces, podría hacerlo de igual manera, pero en categorías superiores?

Obviamente, la exigencia de las motos va aumentando conforme se asciende de categoría, en el Mundial de MotoGP no es lo mismo pilotar una moto de Moto3 que una de MotoGP por la diferencia sobre todo en la potencia del motor. En mi opinión, habría que ver si una piloto como Ana Carrasco, que ha vencido con motos menos potentes, es capaz de ganar también en una categoría como Moto2 (en la que ya de por sí es muy difícil ganar) con una moto competitiva. En principio, no debería haber ningún problema, puesto que si se hace una preparación física adecuada, podría competir sin ningún problema. Por tanto, se debería realmente promover que existan más oportunidades para que a las mujeres, como Ana Carrasco, se les otorgue un asiento en el mundial de pilotos y que así puedan mostrar todo su potencial en un mundo del motor, que cuenta con una presencia masculina muy mayoritaria.

Volviendo al tema de la creación de las W-Series, encontramos declaraciones como la de Pippa Mann “Es un día muy triste para el deporte del motor. Aquellos que tienen dinero para apoyar a las mujeres lo que están haciendo es segregarlas en vez de respaldarlas. Este es un paso atrás histórico que solo me produce decepción”, declaraba la piloto de IndyCar. Un pensamiento que también comparte Sophia Flörsch, piloto en la Fórmula 3 “Quiero competir con los mejores de nuestro deporte. Este camino es erróneo”. 

Lo único positivo de la creación de las W-Series es que las pilotos con talento tengan un asiento asegurado por su talento y puedan conseguir patrocinadores con sus exhibiciones en pista y poder así ganarse la vida en el mundo del automovilismo. Sin embargo, como han declarado varias pilotos, lo que ellas de verdad quieren es competir contra los mejores del mundo, y los mejores del mundo están en la Fórmula 1.

Tal vez, para que haya un mayor número de mujeres piloto la creación de un campeonato exclusivamente femenino sí que sería una medida positiva, no obstante, es necesario pretender que estas mujeres no se queden ancladas en esta competición, sino que les sirva de promoción para ascender a otras categorías en las que compitan en igualdad contra hombres. Por tanto, el mayor problema de esto es que, al crear este campeonato se deje a las mujeres a un lado y se asuma así que no son capaces de batirse a un hombre en competiciones como la Fórmula 1, un paso atrás en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres en el mundo del motor.

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