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Getafe 1-2 Barça: Los culés aprovechan su regalo de reyes

Los hombres de Valverde se impusieron por la mínima al club ‘azulón’ e hicieron válido el tropiezo de sus perseguidores

Foto: Barcelona


LaLiga Santander-Jornada 18

Getafe1
Barcelona2
Ficha técnica
Getafe: David Soria; Damián Suárez, Djené, Cabrera, Antunes; Foulquier (Jorge Molina, m.57), Arambarri, Maksimovic, Portillo (Rober Ibáñez, m.83); Ángel (Samu Saiz, m.73) y Mata.

Barcelona: Ter Stegen; Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Jordi Alba; Arthur (Aleñá, m.87), Arturo Vidal (Busquets, m.69), Rakitic; Messi, Dembélé (Coutinho, m.83) y Luis Suárez.

Goles: 0-1: M.19 Messi; 0-2: M.38 Luis Suárez; 1-2: M.43 Mata.

Árbitro: Cuadra Fernández (Comité balear). Amarilla a Foulquier (m.15), Damián (61), Cabrera (69), Maksimovic (76), del Getafe; y a Arthur (m.11), Jordi Alba (14), Vidal (64), del Barcelona.

Incidencias: partido correspondiente a la decimoctava jornada de LaLiga Santander disputado en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe ante 14.721 espectadores.
Sin excesivos méritos y con más suerte que brillantez, el Barcelona sacó esta noche del Coliseum Alfonso Pérez un sufrido triunfo que lo sitúa más líder que nunca. Después de que Atlético, Sevilla y Madrid se llevaran todo el carbón en plena resaca del día de Reyes, al Barcelona sólo le quedaba relamerse ante la oportunidad de llevarse el oro, el incienso y la mirra. Antes, no obstante, tuvo que pasar por encima de un intenso y pujante Getafe, vehemente en su intento por plantar cara, pero atropellado por veinte minutos de máxima inspiración del tridente ofensivo blaugrana. Los locales derrochaban ímpetu; los catalanes tenían a los tres reyes magos. Por si fuera poco, a los de Valverde se les apareció la Virgen y el Niño Jesús cuando el árbitro anuló un gol de Jaime Mata y Ter Stegen evitó otros tantos. Una victoria a modo de ‘milagro navideño’ que la Champions nunca regalaría.

Para el partido, Valverde sorprendió con un medio del campo inédito. Arthur y Vidal coincidían por primera vez desde el inicio, haciendo las veces de escuderos de un Rakitic que se colocaba como mediocentro defensivo. Sergi Roberto volvió a ocupar el carril diestro de una zaga de la que se había ausentado en las últimas fechas por lesión. En la otra mitad del campo, Bordalás optó por la pareja atacante Mata-Ángel, reservando a Jorge Molina para cuando el guión le requiriera, y por el doble lateral Damián Suárez-Foulquier, encargado de tapar las acometidas de Dembélé. 

Con el pitido inicial, se vio a un Getafe correoso y con colmillo, buscando al Barça arriba con una presión asfixiante e intensa. Arthur emergió como la manija del juego culé, abandonado por un Vidal hecho para la lucha de guerrillas y un Rakitic que se insertaba en la zaga como un tercer central. El Getafe explotaba la banda derecha, buscándole las cosquillas a un Sergi Roberto cuyo fuerte no es el repliegue. De uno de los centros laterales de Antunes sacó petróleo Mata, que ajustició a Ter Stegen en el 8’ para poner el primero en el marcador. El árbitro, sin embargo, vio falta sobre Lenglet e inutilizó cualquier tipo de ayuda del VAR. Con la vida perdonada, el Barça fue metiéndose poco a poco en el partido, hasta que un gol de Messi en el 20’ le dio el chute de adrenalina necesario para acabar de carburar. Tras un desvío de la zaga a un centro de Arthur, el argentino se coló en el barullo para hacer un caño a Soria y empujar el balón a la red. Con el talento dormido, el capitán culé tiró de pillería.

De otro rebote de la zaga azulona llegaría el segundo tanto, obra de Suárez, que fusiló al guardameta local con una espléndida volea desde la frontal del área. El exarquero del Sevilla, que se había agigantado para sacar un gol cantado de Piqué minutos antes, sólo pudo mirar como el uruguayo ampliaba la ventaja. Lejos de amilanarse o darse por sentenciado, el Getafe creció cuando más hundido parecía y a punto estuvo de darle la vuelta al partido en apenas cinco minutos. Después de un remate al palo en el 40’, los de Bordalás se encontraron con el premio del gol tres minutos después en una acción que parecía abocada a dar frutos. Antunes sirvió su enésimo centro lateral, Ángel lo bajó y Mata lo envió al fondo de las mallas. El Getafe se iba al descanso recortando diferencias.

Con la pausa consumada, los locales pusieron quinta y cerca estuvieron de poner en serios problemas a la escuadra catalana. Ángel erró en un remate demasiado cruzado sólo ante Ter Stegen; Cabrera se estrelló ante el muro teutón a la salida de un córner. Los azulones crecían mientras el cuadro culé sólo podía contener la hemorragia a base de achicar aguas y buscar la espalda de los ‘azulones’. Messi, Suárez y un voluntarioso Dembélé fluían en las triangulaciones, pero siempre se topaban con un impeial Djené que había decidido echar el cierre a su portería. Desgraciadamente, Mata parecía resignado a hacer lo propio con la rival. Después de un pase interior medido, el punta getafense regateó al arquero visitante, pero su disparo posterior se marchó lejos de la portería. Era el minuto 66, y el Getafe no acababa de subírsele a la chepa al Barça. 

A partir de ahí, los culés parecieron entender que debían matar el partido y se encomendaron a sus hombres de ataque para ello. Dembélé atraía marcas; Messi recordaba sus tiempos de ‘falso nueve’. El francés sirvió en el 74’ un exquisito pase entre líneas que el argentino desestimó sólo ante Soria. Ocho minutos después, el guardameta andaluz volvió a ponerse la capa para frustrar con una palomita uno de los zurdazos del ‘diez’. El asedio era mutuo, ya no había centro del campo. En las postrimerías del encuentro, el Barça recurrió al pragmatismo de encerrarse y salir a la contra para amarrar tres puntos finales.

Con el pitido final, los de Valverde se afianzaron en la cúspide de la clasificación; a cinco del Atlético, siete del Sevilla y diez del Madrid, en un claro puñetazo a la Liga. El Getafe, que reafirmó hoy la seria campaña que está completando, se acomoda en la séptima plaza, a un punto de la Europa League. Aun con lo bronco y disputado que ha sido el encuentro; la fortuna y el desacierto rival no deberían ser los puntales de la victoria de un cuadro culé que lo ha basado todo en la inspiración momentánea. La Champions no suele ser tan generosa.

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