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El guaje de todos

David Villa anunció que colgará las botas al acabar la temporada con el Vissel Kobe

Foto:  DV7 Group

La generación de oro de la Selección española se va acabando poco a poco. En septiembre dijo adiós a los terrenos de juego Fernando Torres. Y en esta ocasión, ha sido el turno de la otra mitad de la delantera de la Roja. David Villa dejará el fútbol cuando termine la temporada en la liga japonesa. Al guaje le quedan todavía tres partidos para dar los últimos coletazos y anotar sus últimos goles como tantas veces hizo en El Molinón, La Romareda, Mestalla, el Camp Nou, el Calderón, Melbourne o Nueva York. Y, por supuesto, también en Sudáfrica.

Porque una de las puntas de la estrella en el escudo de la selección es suya. Villa llevó a aquel equipo a hacer historia a base de goles. Recuperó la fe de la selección tras perder ante Suiza con un doblete a Honduras y un golazo desde larga distancia a Chile. Y suyos fueron los goles que llevaron a España a semifinales, dejando a Portugal y a Paraguay por el camino.

El 7 nos hizo disfrutar de sus 59 goles a lo largo de tres Mundiales y una sola Eurocopa, la de 2008. Una fractura en la tibia le impidió estar también en Ucrania y Polonia para levantar el tercer campeonato internacional consecutivo de España. Esa lesión le impidió llegar al ansiado club de los centenarios. Se quedó en 97 internacionalidades después del Mundial de Brasil. No sería por no intentarlo. En 2017, su gran rendimiento en la MLS le valió la convocatoria de Julen Lopetegui en la que jugó su último partido con el combinado nacional, un España 3-0 Italia en el que jugó solo un minuto.

Pero no solo ha sido un delantero determinante con la selección. Por todos los equipos por lo que pasó demostró su capacidad goleadora. Despuntó el Real Sporting de Gijón, el equipo y la cantera en la que se formó. Dio el salto al Real Zaragoza y ahí se reveló como uno de los mejores delanteros de la liga. Llamó la atención del Valencia, equipo del que se convirtió en ídolo y referente durante cinco años en los que anotó 127 goles.

Después de Sudáfrica llegó al Barcelona. A las órdenes de Guardiola, formó la MVP con Leo Messi y Pedrito. EL guaje supo adaptarse al esquema. Se escoró hacia la banda en una etapa en la que Messi era el famoso falso 9 del Barça. Con la camiseta blaugrana llegó la Champions en una final en Wembley que quedará para el recuerdo por su golazo desde la frontal. Se le torcieron las cosas en el Mundialito de Clubes. El día que el Barcelona se medía al Santos de Neymar, Villa se rompió la tibia. La fractura le dejó sin Eurocopa y mermó notablemente sus minutos después de recuperarse.

Salió de Can Barça rumbo a la capital. Aterrizó en el Manzanares para liderar al mejor Atlético de Madrid en años. Cambió su querido 7 por el 9 y, junto con Diego Costa lideró el ataque rojiblanco que terminó ganando el título de Liga en el Camp Nou y rozando la Champions en Lisboa. Solo estuvo un año en el Atlético de Madrid, tiempo suficiente para ganarse el corazón de toda la afición.

Porque no hay equipo en el que dejase un recuerdo que no fuesen sus goles. Gracias por todo, guaje.

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