Querido Andrea
Querido Andrea:
Nunca pensƩ que aquella goleada te hubiese hecho tanto daƱo. Que esa espina, 10 aƱos despuƩs, aun la llevases tan adentro.
Entiendo que te duela que un equipo del Ćŗltimo rincĆ³n del mundo que no sabĆas ni localizar en el mapa, te pasase por encima. Hoy aprendemos que las coordenadas de la humillaciĆ³n te perseguirĆ”n para siempre. Y que A CoruƱa serĆ” siempre un borroso y oscuro recuerdo para ti. Y me alegro. Y mucho.
Si te refieres como dopaje a la motivaciĆ³n de toda una ciudad y una aficiĆ³n que, a pesar de un 4-1 en contra, llenĆ³ e hizo temblar los cimientos de Riazor, sĆ. Ćbamos hasta el culo de la droga de la pasiĆ³n. Del convencimiento. De la entrega... Del fĆŗtbol... #Deportivismo.
Sinceramente, por tu elegancia sobre el verde. Por tu saber hacer... Nunca pensamos que te ibas a descolgar con estas insinuaciones.
Insinuaciones. Porque no tienes, siquiera, el coraje de afirmarlo. AhĆ lo sueltas. AhĆ lo deslizas. AhĆ lo insinĆŗas... Difama, que algo queda...
Que cobarde... Que decepciĆ³n...
Te falta el mismo coraje que los Pandiani y Luque demostraron ese dĆa. Te falta la elegancia que a Mauro le sobra. Pero, sobre todo, te falta el seƱorĆo del crack en la sombra: ValerĆ³n JAMĆS hubiese dicho eso de ti... Ni de los tuyos... Ni de los que quieres... JAMĆS...
Y no tardarĆ”s ni 24 horas en desdecirte. En aplicar el digo y el Diego como te convenga y te recompense. Excusarte sobre la excusa de una derrota a la que, 10 aƱos despuĆ©s, no encuentras explicaciĆ³n...
PensƩ que eras un deportista.
Un verdadero deportista capaz de asumir y aprender de los reveses de la derrota. Y, Ć©sta, la llevas muy adentro. Demasiado. El alfeƱique, el desconocido adversario de la esquina mas remota del fin del mundo, te saliĆ³ respondĆ³n y escuece... Duele... La estrella vivirĆ” y morirĆ” herida por los 4 rejonazos que el destino le deparaba en el verde de Riazor. Y eso me alegra porque, a cada infamia tuya, la leyenda del SuperDepor dominador se agranda. Se agiganta y aplasta tu ego herido.
Hoy estoy dolido, Andrea... Se me cae un mito... Hoy quiero y debo de ser revanchista y descarnado contigo porque tĆŗ lo has sido con mi sentimiento. Con mis colores. Hoy, tus palabras y tu infamia, me hacen, mas si cabe, ser del que no gana siempre. Ser del Depor, gracias a ti y gracias a los que son como tĆŗ, siempre serĆ” mejor que ser de los que siempre ganan... Y no saben perder.
Y, como decimos en este apartado rincĆ³n del AtlĆ”ntico en el que el mundo llega a su fin: No trates de entenderlo, Andrea... No trates de entenderlo...
Un saludo:
@pacipake
Nunca pensƩ que aquella goleada te hubiese hecho tanto daƱo. Que esa espina, 10 aƱos despuƩs, aun la llevases tan adentro.
Entiendo que te duela que un equipo del Ćŗltimo rincĆ³n del mundo que no sabĆas ni localizar en el mapa, te pasase por encima. Hoy aprendemos que las coordenadas de la humillaciĆ³n te perseguirĆ”n para siempre. Y que A CoruƱa serĆ” siempre un borroso y oscuro recuerdo para ti. Y me alegro. Y mucho.
Si te refieres como dopaje a la motivaciĆ³n de toda una ciudad y una aficiĆ³n que, a pesar de un 4-1 en contra, llenĆ³ e hizo temblar los cimientos de Riazor, sĆ. Ćbamos hasta el culo de la droga de la pasiĆ³n. Del convencimiento. De la entrega... Del fĆŗtbol... #Deportivismo.
Sinceramente, por tu elegancia sobre el verde. Por tu saber hacer... Nunca pensamos que te ibas a descolgar con estas insinuaciones.
Insinuaciones. Porque no tienes, siquiera, el coraje de afirmarlo. AhĆ lo sueltas. AhĆ lo deslizas. AhĆ lo insinĆŗas... Difama, que algo queda...
Que cobarde... Que decepciĆ³n...
Y no tardarĆ”s ni 24 horas en desdecirte. En aplicar el digo y el Diego como te convenga y te recompense. Excusarte sobre la excusa de una derrota a la que, 10 aƱos despuĆ©s, no encuentras explicaciĆ³n...
PensƩ que eras un deportista.
Un verdadero deportista capaz de asumir y aprender de los reveses de la derrota. Y, Ć©sta, la llevas muy adentro. Demasiado. El alfeƱique, el desconocido adversario de la esquina mas remota del fin del mundo, te saliĆ³ respondĆ³n y escuece... Duele... La estrella vivirĆ” y morirĆ” herida por los 4 rejonazos que el destino le deparaba en el verde de Riazor. Y eso me alegra porque, a cada infamia tuya, la leyenda del SuperDepor dominador se agranda. Se agiganta y aplasta tu ego herido.
Hoy estoy dolido, Andrea... Se me cae un mito... Hoy quiero y debo de ser revanchista y descarnado contigo porque tĆŗ lo has sido con mi sentimiento. Con mis colores. Hoy, tus palabras y tu infamia, me hacen, mas si cabe, ser del que no gana siempre. Ser del Depor, gracias a ti y gracias a los que son como tĆŗ, siempre serĆ” mejor que ser de los que siempre ganan... Y no saben perder.
Y, como decimos en este apartado rincĆ³n del AtlĆ”ntico en el que el mundo llega a su fin: No trates de entenderlo, Andrea... No trates de entenderlo...
Un saludo:
@pacipake