Eibar 0-2 Atlético: El hielo sienta bien al Atlético
El Atlético de Madrid gana con dos zarpazos y un sensacional trabajo defensivo
Siempre que el Atlético juega en Ipurúa el césped está helado. Bueno, no siempre, de hecho, este año ha sido el primero que eso ha ocurrido. Pero a veces está embarrado, otras liso y duro, otras normal, pero con la grada muy activa... Las variables son miles pero el hecho es que la coqueta ciudad entre montañas pone todo de su parte para darle al rival el encuentro más complicado que puede. Entre otros factores, incomoda enfrentarse a un equipazo que está octavo clasificado en la Liga por méritos propios, tiene un japonés pequeño que destroza defensas, cuatro zagueros a cuál más seguro y un entrenador con las ideas muy claras.
Los armeros arrinconaron al Atleti en la primera mitad, le burlaron con toques cortos pero seguros, generaron cierto peligro con balones laterales y sostuvieron las carreras de Griezmann. Se topaban siempre con un muro uruguayo llamado José María al que Simeone probaba como mediocampista, pero por otra zona del campo daban la tarde a un lateral croata que no pudo con las acometidas locales. El árbitro le perdonó un penalti a los rojiblancos, otro a los azulgranas y una roja a Adrián González más reglamentaria que justa. Lo cierto es que el muchacho no hizo nada del otro mundo para retirarse antes de tiempo al vestuario.
LaLiga Santander-Jornada 17
| Eibar | 0 |
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| Atlético | 2 |
Ficha técnica
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| SD Eibar: Yoel; Capa, Dos Santos, Lejeune, Antonio Luna; Fran Rico, Dani García; Pedro León (Rubén Peña, m. 75), Adrián (Nano, m. 81), Inui (Bebé, m. 67); y Sergi Enrich. Atlético de Madrid: Moyá; Vrsaljko (Juanfran, m. 46), Savic, Godín, Filipe Luis; Giménez; Griezmann, Gabi, Saúl, Koke; y Fernando Torres (Gameiro, m. 70). Goles: 0-1: M.53. Saúl; 0-2: M.73. Griezmann. Árbitro: Jesús Gil Manzano (Comité Extremeño). Amonestó a los locales Adrián, y a los visitantes Vrsaljko y Koke. Incidencias: Partido de la décimo séptima jornada de Liga, disputado en el estadio de Ipurúa ante 5.810 espectadores. |
Algo parecido le ocurre al Atlético, matizado con varios millones más, un francés canijo que burla contrincantes, una línea trasera que envidian todos los equipos de Europa menos los onces ideales de las siempre transparentes y fiables FIFA y UEFA y un entrenador que escapa de los calificativos como el correcaminos cuando huele sudor de coyote.
Con la entrada de Juanfran, el Atlético ganó en solidez pero perdió cierto carácter incisivo, el cual recuperaría con Gameiro, que entró después de que Saúl pusiera el 0-1 de cabeza tras un centro de Filipe. La línea local tiró el fuera de juego bien, dejando al mediocentro en posición ilegal por poco. Con la ventaja en el marcador, los visitantes encontraron su mejor arma: el contraataque, con el que Gameiro y Griezmann liquidaron el partido.
El Atlético volvía a los orígenes en Ipurúa, a la solidez defensiva y a ser el equipo molesto para rivales y prensa. Bien que lo celebrará una parroquia colchonera más acostumbrada estos meses de atrás a la irregularidad, la posesión y el elogio de quien siempre les ha despreciado.