L.A. Clippers, con derecho a soñar
Analizamos el futuro inmediato de la franquicia californiana
Los Clippers eran conocidos por ser el hermano pobre de Los Ángeles, el eterno segundón, siempre a la sombra de los todopoderosos Lakers. Alguna presencia en Playoffs, algún jugador destacable, pero nunca formaron parte de la élite de la liga. Hasta el 2011, cuando después del lockout Chris Paul llegó a California. Dos años antes, aunque el primero no pudo jugar por lesión, llegó vía Draft Blake Griffin. Desde ese momento han ido superando su record histórico de victorias año a año y han conquistado la Atlantic Division en las dos últimas temporadas. Para completar un grupo de ensueño, llegó el año pasado Doc Rivers para ocupar el puesto de entrenador.
Los Clippers fueron protagonistas cuando todavía se estaban disputando partidos, en esta ocasión por una mala noticia. Se hicieron públicas unas declaraciones de su propietario desde hace 33 años, Donald Sterling, de contenido racista. Tanto la NBA de forma institucional, jugadores, y el mismo Doc Rivers, como aficionados, se manifestaron inmediatamente en contra. El nuevo comisionado, Adam Silver, actuó con rapidez y ejemplaridad, vetando de por vida su presencia en la liga y obligándole a vender la franquicia. Poco después se anunciaba la compra, tasada en dos billones de dólares, por parte del empresario Steve Ballmer.
Bajo el liderazgo de Paul y Griffin en la cancha y Rivers desde los banquillos, se encuentran un magnífico, contrastado y completo grupo de jugadores. Jugadores de la talla de DeAndre Jordan, que mostró grandes progresos la temporada pasada, liderando la liga en rebotes, Jamal Crawford, que revalidó su título de mejor sexto hombre, J.J. Redick, Matt Barnes o Glen “Baby” Davis son los principales escuderos de los dos All-Stars.
Durante la offseason incorporaron al pivot Spencer Hawes, con un contrato de 4 años y 23 millones de dólares y al base Jordan Farmar (para sustituir a Darren Collison, que dio un gran rendimiento el año pasado) por 2 años y algo más de 4 millones. Volvieron a fichar por el mínimo de veteranos al turco Hedo Turkoglu, que ya jugó con ellos al final de la temporada pasada. Más tarde, para completar la plantilla, obtuvieron los servicios a Ekpe Udoh y Chris Douglas-Roberts. Además, draftearon con el número 28 al alero procedente de la Universidad de Washington C.J. Wilcox. Fichajes de calidad, sobretodo el de Hawes, cuya combinación en la pintura con dos jugadores más físicos puede sacar lo mejor de él, explotando su capacidad pasadora y de tiro.
Estos fichajes terminan de perfilar una plantilla de escándalo, que no le tiene nada que envidiar a la de ningún equipo de la liga en cuanto a calidad. Al mando se encuentra uno de los entrenadores más respetados de la competición. Los Clippers tienen todos los elementos para considerarse legítimos aspirantes al título. Después de muchos años siendo un equipo en el que nadie pensaba para los máximos honores, el antes equipo pobre de Los Ángeles entra en una fase nueva para ellos: ser firmes candidatos al anillo.
@Kay76ers
Los Clippers fueron protagonistas cuando todavía se estaban disputando partidos, en esta ocasión por una mala noticia. Se hicieron públicas unas declaraciones de su propietario desde hace 33 años, Donald Sterling, de contenido racista. Tanto la NBA de forma institucional, jugadores, y el mismo Doc Rivers, como aficionados, se manifestaron inmediatamente en contra. El nuevo comisionado, Adam Silver, actuó con rapidez y ejemplaridad, vetando de por vida su presencia en la liga y obligándole a vender la franquicia. Poco después se anunciaba la compra, tasada en dos billones de dólares, por parte del empresario Steve Ballmer.
Bajo el liderazgo de Paul y Griffin en la cancha y Rivers desde los banquillos, se encuentran un magnífico, contrastado y completo grupo de jugadores. Jugadores de la talla de DeAndre Jordan, que mostró grandes progresos la temporada pasada, liderando la liga en rebotes, Jamal Crawford, que revalidó su título de mejor sexto hombre, J.J. Redick, Matt Barnes o Glen “Baby” Davis son los principales escuderos de los dos All-Stars.
Durante la offseason incorporaron al pivot Spencer Hawes, con un contrato de 4 años y 23 millones de dólares y al base Jordan Farmar (para sustituir a Darren Collison, que dio un gran rendimiento el año pasado) por 2 años y algo más de 4 millones. Volvieron a fichar por el mínimo de veteranos al turco Hedo Turkoglu, que ya jugó con ellos al final de la temporada pasada. Más tarde, para completar la plantilla, obtuvieron los servicios a Ekpe Udoh y Chris Douglas-Roberts. Además, draftearon con el número 28 al alero procedente de la Universidad de Washington C.J. Wilcox. Fichajes de calidad, sobretodo el de Hawes, cuya combinación en la pintura con dos jugadores más físicos puede sacar lo mejor de él, explotando su capacidad pasadora y de tiro.
Estos fichajes terminan de perfilar una plantilla de escándalo, que no le tiene nada que envidiar a la de ningún equipo de la liga en cuanto a calidad. Al mando se encuentra uno de los entrenadores más respetados de la competición. Los Clippers tienen todos los elementos para considerarse legítimos aspirantes al título. Después de muchos años siendo un equipo en el que nadie pensaba para los máximos honores, el antes equipo pobre de Los Ángeles entra en una fase nueva para ellos: ser firmes candidatos al anillo.
@Kay76ers